Por Ana Díaz
Guest Columnist
Recientemente, se le ha dado mucha atención al tema de bullying. En comparación con generaciones anteriores, es evidente que los jóvenes de hoy confrontan niveles de bullying más severos y frecuente. Muchos están de acuerdo que los medios sociales agravan un pro-blema que ha exis-tido por largo tiempo. Es crítico que equipemos a los jóvenes con el conocimiento y las palabras necesarias para confrontar conflictos de una manera saludable.
1. Enséñele a expresar sus frustraciones respetuosamente. Cuando alguien nos hiere, debemos de responder sin miedo y certeza. Usando frases como, “Cuando haces/dices_________ , me siento __________. Por favor no lo vuelvas hacer.”
2. Si la persona deja de hacer lo que nos causa molestia, el conflicto está resuelto. Es tiempo de seguir adelante. No volvemos a hablar de lo que pasó porque ya se resolvió.
3. Si la persona con-
tinua tratándonos de una manera que molesta, tene-mos que reportar el pro-blema a un adulto de
confianza; los padres, maestros, consejero o rector.
4. Si después que interviene un adulto el problema continua, es importante que reportemos cada nuevo incidente. Un conflicto se convierte en bullying si es repetido, es a propósito y hay algún tipo de desequilibrio.
5. Enséñeles a ser compasivos, aun hacia aquellos que parecen no merecer nuestra bondad. Muchas veces, son personas que más lo necesitan.
Los grandes líderes saben que no pueden controlar las aciones de los demás, sin embargo si pueden controlarse a sí mismos.
Cuando expresamos lo que sentimos con claridad y respeto, invitamos a los demás a que nos traten con el respeto que merecemos.